miércoles, 15 de abril de 2009

EL POLI QUE RECOGÍA MANIQUÍES

Hay un curioso juego de cartas llamado "policía y ladrón".No hace falta saber mucho para jugar, porque básicamente se trata de puro azar:Se reparten las cartas, una para cada jugador y en función de la figura que te toque asumes un papel en cuestión.

Si te toca el as de oros, eres el poli.Si por el contrario te toca el as de bastos, tienes que ser el caco.Luego están el cómplice, la prostituta y las demá cartas son ciudadanos.El número de éstos últimos varía en función del número de jugadores, siendo como mínimo indispensable tres y así hasta agotar la baraja claro.

La verdad es que con lo sencillo que este juego te lo puedes pasar muy bien, sobre todo si es con amigos.Da mucho juego, valga la redundancia, porque te ríes, bromeas, haces comentarios espontáneos, disimulas, mientes, en fin, que lo tiene todo para pasar un buen rato.

Y como en la vida, unas veces gana el caco, aunque las menos, y otras, las más, el poli.

Lo cierto es que en la realidad todos asumimos un papel, unos del lado del bien y otros del lado del mal, y esto es asi desde que el mundo es mundo.Aunque claro, la policía no siempre ha existido.Ha habido épocas en las que la ley la imponía el más fuerte y la única defensa residía en uno mismo, sin ir más lejos, la edad media, la época recordada como la más oscura de la historia de la humanida, pero paradójicamente la que cuenta con más relatos literarios y producciones cinemátográficas, curiosa contradicción.

Gracias a dios (los ateos y agnósticos me permiten este comentario verdad? al fin y al cabo sólo es una forma de hablar) vivimos en una época en la que disponemos de una figura que se encarga de imponer la ley y el orden, aunque desgraciadamente en la mayoría de los casos se vean atados de pies y manos por los vacios legales que tiene la misma ley que intentan defender... pero eso es otro tema.

Si no recuerdo mal, y tengo buena memoria, os dejé a punto de deciros que papel iba a desempeñar en Hospotal Central, en mi segunda intervención.Pero para entender esto tengo que explicaros lo siguiente:

De las dos veces que he acudido a esta serie siempre me ha pasado lo mismo, nunca he llegado a realizar el papel asignado en un principio.Primero me requerían como periodista; pero un día antes de la cita me cambiaron el papel por el de un operario, lo que ya os conté si no me equivoco.

Pues ahora, en esta nueva ocasión, aunque me dijeron de hacer de samur, al llegar allí hubo cambio de planes.Tres hombres iban de polis, y una chavala y yo de samur.

Las de vestuario se quedaron mirándo al trío y empezaron a torcer los morros, en plan, no me gusta lo que veo porque vamos a tener complicaciones.Dichas complicaciones residían en las tallas de los candidatos, por lo visto el traje de policía era de las tallas más pequeñas, asi que al final como estaréis imaginando (porque sois muy listos, lo demuestra el que leáis este blog) decidieron cambiar un samur por un poli, Y aunque la chavala intento probar suerte, la idea de una poli chica eran palabras mayores porque eso era un cambio del guíon así que no hubo manera,me tocó hacer de poli.

Pero me estoy adelantando a los acontecimientos.Retrocedamos un poco:

Me citaron a las diez delante de una parada de metro cuyo nombre ignoraremos.Llegué casi media hora antes, es lo que tiene mi neura de la puntualidad.Me costó pero por fin encontré a mis compañeros figurantes, y el caso es que uno de ellos me sonaba porque ya había coincidido con él además en esta misma serie.

Entre dos coches fuimos para el lugar de rodaje.Por suerte, esta vez era a cubierto, asi que no me iba a quemar la cara como la otra vez.Era un centro comercial al lado de una urbanización residencial, y como era de esperar medio desierto.Por lo que me pude enterar esa mañana estaba empezando a vender locales para poner oficinas.

En uno de estos locales estaba instalado el set de maquillaje-vestuario.Tras un biombo nos cambiaron.Pretnedían que entrara en unos pantalones de la talla 40. ¡Por favor, todavía con 18 años tal vez, pero ahora ni de coña! Aún así hice el esfuerzo de abrochármelos, lo que me costó una proeza, pero como la chica vio lo que había, me dio el cambiazo por otros pantalones que aunque no pertenecían al uniforme daban el pego.

Lo único malo de este cambio fue que al querer colocarme el cinturón con las esposas, la porra y la pístola había que formar la de dios, porque hay que estar intercalando todas estas historias con la evillas del pantalón, lo que no ocurre con los del uniforme porque las evillas se desabrochan, haciendolo todo más facil.Gajes del oficio.

Bueno, pero vamos al lío.¿De qué iba la guasa hoy? Yo no sé que les dan de comer a los guionistas pero son un poco flipaos, atentos: Resulta que son las rebajas en ese centro comercial.La estancia está llena de puestos y armarios con ropa rebajada, de la marca "HAWAIII, tu marca de ropa".La gente (figuración) corre como una posesa hacia las tan preciadas gangas, peleándose a brazo partido por los mejores chollos.Un guirigay de aquí te espero.

Eso fue lo que estuvimos viendo hasta que nos dio por salirnos a la entrada a tomar el sol.Después a eso de la una fuimos a comer a la cafetería de allí.Por supuesto se repitió lo de la vez anterior y tuvimos que comer a destajo, vamos que solo nos faltaba el típico gigantón que se ponía en las galeras a golpear el timbal para que los remeros remaran al ritmo, solo que nosotros en vez de remos nos llevaríamos la cuchara a la boca al ritmo del TAM-TAM.

Lo peor de todo fue el detalle que vi por parte del ayudante de producción: Había dos mesas colocadas, en una comían actores y equipo, y en la otra figuración.Como estaban las dos ocupadas, los miembros rezagados del equipo tuvierons que colocarse en otras que habían un poco más alejadas, pero mesas había porque era una cafetería y había sitio de sobra.Se ve que lo que les molestó fue no comer juntitos, pero el caso es que va y le suelta a la camarera del lugar "aquí los que importan son los del equipo, primero nosotros y despues ellos".Ellos, eramos figuración.¡Discriminación clasista, lo que me quedaba por ver!

Uno de los que estaba conmigo me decía que lo mejor era pasar y que daba igual, nosotros a lo nuestro;y estaba de acuerdo, no me iba a llevar un disgusto por eso ni mucho menos pero sienta mal ver en tu propia cara la prepotencia de esta gente, cuando deberían dar gracias de poder trabajar en un medio tan agresivo donde hay más gente en paro que en activo, además que los que más ordenan son luego los que menos pintan, es lo de siempre.

Sigamos: Por la tarde por fin entramos en escena, no sin antes habernos echado un sueñecito al sol a la entrada.La gente que pasaba por la calle delate nuestra se pensaba que eramos policías de verdad y se nos quedaban mirando con una cara, porque claro. girar la esquina y encontrarte con tres polis en plan mexicano echando la siesta al sol, pues es cuando menos chocante.De hecho, una mujer mayor que no pudo reprimirse nos soltó "buen sol estáis tomando", a lo que yo contesté "ya ve".

Antes de que subestimeis la inteligencia de la gente, os diré que lo que fomentó la confusión a pesar de estar pululando por los alrededores un equipo entero de televisión, fue que dentro del centro comercial se encontraba una auténtica comisaría, y por eso no era de extrañar que hubiera polis cerca.

Cuando el chaval de atrezzo (bonita palabra) nos estaba dando las esposas, la porra (que era de verdad) y la réplica de la pistola, nos contaba que una vez tuvieron problemas con la policía de verdad porque yendo con la furgoneta llena de todas estas historias, les pararon, les pidieron la documentación que en aquel momento no estaba con ellos, y acabaron en comisaría.¿Verdad o mentira? Al menos nos sirvió para pasar el rato.

Fuimos para el lugar de los hechos y lo que hacía unas horas era un escenario típico de rebajas, muy hortera, ahora era un campo de batalla semiderruido.Nuestra labor era ayudar a las víctimas,porque del altercado había victimas, y mantener el orden.

Como la cámara me quiere, o eso parece, me situaron junto al actor que hacía de poli, para ayudar a levantar cual Sansones, una columna que tenía atrapada a una chica.Mientras lo hacemos vienen los actores de la serie que hacen de samur y la reconocen.Podía sentir la presencia del objetivo de la cámara enchufándonos directamente,así que me imagino que saldré.

Pero por si esto fuera poco, al rodar la última secuencia, la mano inocente me volvió a elegir y la secuencia en cuestión comienza conmigo recogiendo un maniquí del suelo, y ya la cámara se va para los actores, a que mola?

Eso pensaba, pero es que no se conformaban con que recogiera el maniquí, tenía que salir de plano, dejarlo en un sitio sin hacer ruido y pasearme luego por el fondo a modo de inspección, junatrme con el otro figurante, hacer como que hablábamos y luego salir de nuevo y levantar un cartel que estaba caído en el suelo.Todo ello con escombros en el suelom que más de una vez estuve a punto de caerme y en el tiempo fijado para ir sincronizados con los actores.

¿Recordáis las pruebas del Grand Prix del verano? Pues igual, solo que hacía no tenía gracia.

Al principio estaba gracioso, pero cuando empezamos a repetir unas cuantas veces estaba hasta las narices del dichoso maniquí, porque encima no os creáis que alguien de atrezzo me ayudaba con él, no, que va? me tocaba recogerlo de donde lo hubiera dejado y acarrear con él, dejarlo donde estaba al principio y a empezar, y para colmo tenía la sensanción de que al cámara y al director les hacía gracia la escena, pues vaya!

Y así estuve, recogiendo el mismo maniquí una y otra, y otra vez.Por cierto que era el torso de una mujer, y un brazo.Un torso con unos senos muy bonitos, unas tetas muy buen formadas... que queréis? de tanto levantarlo del suelo por fuerza me fijé, eso sí no tenía cara.

Y una vez más acabamos la jornada.Aunque terminamos antes que la otra vez, a eso de las séis y pico,desgraciadamente ese día habían convocado huelga de metro y el servicio no funcionaba con regularidad.Menos mal que me pillaba cerca de cuatro vientos y pude hacer una ruta con Cercanías Renfe, de hecho por los altavoces del tren recomendaban a los pasajeros evitar pillar el metro en la medida de lo posible y aguantar en tren aunque en ello les fuera la vida, con tal de no quedarse pasando las horas muertas en el anden de cualquier linea de metro de Madrid ¿cómo era? ah si, ¡vuela!

Tras esa colaboración, llegó semana santa, y con ella la esperada escapada a Salamanca.Había pillado con mis amigos un piso de estudiantes para pasar alli unos días a precio económico.Personalmente había hecho las gestiones, llamando por telefóno a los propietarios y concertando con ellos precio y día y hora de llegada.Todo iba wonderful hasta que la noche antes de partir recibo un mensaje de los propietarios comunicándome que tenemos que entrar a las 15:00 de la tarde para que les diera tiempo a dejar la casa limpita y habitable.Vaya, un contratiempo, porque nosotros llegábamos a Salamanca a las 12:00, a ver con qué íbamos a matar el tiempo en esas tres horas, cargando con las maletas?

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